No seré de vuestro agrado.
Los caballeros sentirán envidia y las damas repulsión.
No os agradaré ahora y os agradaré mucho menos a medida que avancemos.
Señoras; os advierto: estoy dispuesto en todo momento.
No es un alarde ni una opinión sino simple y llanamente un hecho médico.
Sabed que la meto por doquier.
Me veréis metiéndola por doquier y todas suspiraréis por ella.
No lo hagáis, os acarreará problemas. Estaréis más a salvo observando y sacando conclusiones a distancia que si metiera mi vara entre vuestras enaguas.
Caballeros; no desesperéis. También estoy dispuesto y os aconsejo la misma precaución. Que vuestras patéticas erecciones esperen a que haya terminado pero luego cuando folléis, porque luego follaréis, eso espero de vosotros y además sabré si me habéis defraudado, deseo que folléis con mi pequeña imagen agitándose en vuestros testículos. Sentid como lo sentía yo, como lo siento yo y preguntaos: ¿ha sido el mismo estremecimiento que sentía él?, ¿tenía el conocimiento de algo más profundo? o ¿existe un muro de desgracia contra el que todos nos golpeamos la cabeza durante ese intenso y resplandeciente momento?
Queda dicho.
Este es mi prólogo.
No hay rimas ni declaraciones de modestia, no contaríais con eso, espero.
Yo soy John Wilmot, segundo Conde de Rochester y no tengo ningún deseo de agradaros."
No hay comentarios:
Publicar un comentario