martes, 17 de julio de 2012

Derecho al delirio.


"¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.  En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros, la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por un supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor. El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, será tratado como la plancha o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes viven por tener o por ganar en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega. En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo. Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajaremos para vivir.
Los economistas no llamarán “nivel de vida” al nivel de consumo, ni llamarán “calidad de vida” a la cantidad de cosas. Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas, los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos. Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud y nadie, nadie, tomará enserio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero. La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda. En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y del sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo. La Iglesia también dictará otro mandamiento que se le había olvidado a Dios; amarás a la naturaleza de la que formas parte. Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados, y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar. Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.
Seremos imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses. Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última".


                              Eduardo Galeano, "Derecho Al Delirio"

sábado, 14 de julio de 2012

XXVIII La Serpiente que danza.

Mujer indolente, yo gozo
si en tu cuerpo veo,
igual que una seda ondulante,
el leve espejeo.

Sobre tu cabellera profunda,
de aroma salvaje,
mar olorosa y vagabunda de azul oleaje,

como un navío al que despertara
un fresco viento matutino,
mi alma su aparejo prepara
hacia un remoto destino.

Tus ojos, de secreto que ignoro,
sin amargor y sin ambrosías,
son igual que dos joyas frías,
labradas de hierro y oro.

Al andar indolente,
graciosa, bella, abandonada,
se diría que una serpiente
danza en un bastón enroscada.

Y tu adormilada cabeza,
a la de un niño semejante,
se balancea con la pereza
de un pequeño elefante.

Tu cuerpo se estira y afloja
tan leve como una piragua
que acuesta la borda y que moja
su vela en el agua.

Lo mismo que al río al que afluyen
glaciares rugientes,
las risas asoman y fluyen
a flor de tus dientes.

Y entonces me embriago de hembra.
¡Amar y vencer!
¡Un líquido cielo me siembra
de estrellas el ser!


Charles Baudelaire ("Las Flores del Mal")


sábado, 7 de julio de 2012

La Luna no está sola.


Los hombres aprendieron con los gatos
el secreto de amar a la luz de la Luna.
Los gatos no se esconden
en los oscuros sótanos
para hacerse el amor:
Saltan veloces a los techos,
al paraíso de los techos,
cuando la Luna o bíblica manzana
sensualiza la noche, y el deseo maúlla
como una pena que gozara
o un gozo que gimiera.
Los hombres de estos tiempos
ya no vinculan el amor terrestre
a los misterios de la Luna;
pero la Luna no está sola,
desdeñada, olvidada por los amantes de la Tierra.
Los gatos son, sin duda, los últimos románticos.




domingo, 1 de julio de 2012

Ni con alma de cordero.

No admito, amigos, no quiero
ese consejo prudente.
Paciencia, la suficiente,
pero no la del cordero.
No puedo aceptar un daño,
aunque me llegue del rey,
ni con corazón de buey
ni con alma de rebaño.

Aquí estoy para vivir,
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo,
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago la muerte.

MIGUEL HERNÁNDEZ