jueves, 31 de enero de 2013

Palabras de la Diosa Lillith.

"Yo danzo mi vida para mi misma, yo soy un todo, estoy completa.
Digo lo que quiero decir y quiero decir lo que digo.
Danzo lo oscuro y lo luminoso, lo consciente y lo inconsciente, lo cuerdo y lo demente, y hablo de mí misma con autenticidad, con total convicción, sin importarme la impresión que pueda dar.
Todas las partes de mi misma fluyen en el Todo, todos mis yos divergentes se hacen Uno.
Yo escucho lo que hay que escuchar.
No pongo excusas.
Vivo mis sentimientos intensa y profundamente.
Nunca me escondo.
Vivo mi sexualidad para complacerme a mí misma y para complacer a los demás.
La expreso como si necesitara ser expresada, desde lo más hondo de mi misma, desde la totalidad de mi danza. Soy una hembra, soy sensual, soy poderosa y fui enormemente temida."


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miércoles, 30 de enero de 2013

La Fuerza no está en las manos.

"Quisiste atrapar el ave
y sólo lo has enjaulado.
Quisiste ser su señor,
pero sólo lo has matado.
Hermano...¡te has equivocado!
La fuerza no está en las manos.
Para ser dueño del ave
no hay que tenerlo en la mano,
sino dejarlo volar
y gozar con su color,
su libertad, su canto.
Que no sirve la alegría
si es a costilla del llanto"

 Facundo Cabral

jueves, 24 de enero de 2013

Oración a Lillith.



"Mujer loca hecha de viento
Lillith voladora e impura
rompe el espacio y el tiempo
y ven a nosotras sin premura.
Insumisa y primigenia madrastra
de las Evas rechazadas hijas,
haz que en nuestros blancos lechos
nunca falten besos, calor ni compañía.
Que las estrellas nos iluminen
que nunca se acabe el deseo ni el vino
y que no nos topemos nunca
ni opresor ni cadena por nuestro camino.
Que no se nos dé la abnegación ni la servidumbre
y que seamos siempre leales
a nuestra naturaleza de brisa y lumbre"

domingo, 20 de enero de 2013

Soy una radical.

Soy una radical. Porque soy feminista. Sí, soy una radical, porque exijo y lucho por la igualdad entre los hombres y las mujeres. 
Soy una radical por exigir que las mujeres tengamos derecho a decidir sobre nuestras vidas.
Soy una radical porque quiero ser la única dueña absoluta de mi vida y de mi cuerpo.
Soy una radical porque sé la diferencia entre el machismo, el feminismo y el hembrismo.
Soy una radical porque pienso que el derecho al respeto no es algo que se tenga que ganar, sino que es algo inherente por el simple hecho de que estamos vivos.
Soy una radical porque no quiero que sobre mi sexualidad decida ni el Estado, ni los grandes negocios, ni las modas, ni las religiones y mucho menos la Iglesia se meta con lo que yo haga, con lo que entre o deje de salir por mis genitales.
Soy una radical porque deseo que no haya más discriminación ni positiva ni negativa ni con hombres ni con mujeres.
Soy una radical porque deseo que las mujeres vayan libremente vestidas o semivestidas o desnudas sin que ello de lugar a justificar acciones de agresión sobre nuestras vidas y sobre nuestros cuerpos.
Soy una radical porque afirmo que las mujeres somos la otra mitad de la humanidad y no podemos estar  invisibilizadas en la vida pública y privada.
Soy una radical porque cuando voy por la calle y algún hombre opina sobre mi cuerpo o mi forma de vestir no me da la gana de callarme, porque asumo que su actitud no es "natural" sino educacional.
Soy una radical porque aunque no vaya conmigo la cosa, me ofendo si en mi presencia veo algún tipo de agresión sexual, acoso o discriminación con otras mujeres.
Soy una radical porque eso que la gente llama "piropos" cuando ven a una mujer por la calle a la que no conocen de nada y sobre la que no tienen derecho a opinar ni a molestar,  lo veo como una agresión sexista.
Soy una radical porque asumo que cuando una mujer dice "NO" es No, y que de igual forma si un hombre dice "No" también es No.
Soy una radical porque estoy en contra de la dicotomía en la que las mujeres sólo podemos encajar en la clasificación de "Santas" o "Putas".
Soy una radical porque defiendo que una mujer decida con quién o quiénes, cuándo, cómo y cuántas veces desea disfrutar de su sexualidad.
Soy una radical porque afirmo que las mujeres también nos masturbamos.
Soy una radical por defender la menstruación y no avergonzarme de la única sangre que no es derramada ni por una herida ni por un acto de violencia, la cual es más natural que la que derraman en las guerras.
Soy una radical porque no tolero ningún comentario sexista y no le río las gracias ni me callo cuando estos comportamientos tienen lugar en mi presencia.
Soy una radical porque defiendo a las personas (hombres y mujeres) que deciden libremente acostarse con quienes les de la gana, gratis o cobrando, y estoy en contra de cualquier explotación y /o coacción sobre la trata de blancas.
Soy una radical porque deseo que exista la sororidad entre las mujeres y dejen de criticarse unas a otras por cómo se visten y con cuántos se acuestan o se dejan de acostar (porque eso también es machismo)
Soy una radical porque estoy a favor de que la mujer decida cuándo quiere o cuándo no quiere tener hijos.
Soy una radical porque cuando me visto o me desvisto cómo me da la gana, lo hago única y exclusivamente para mi, y no lo hago para "provocar" a nadie. Mi vida no gira en torno a tu pene.
Soy una radical porque asumo la capacidad de raciocinio y responsabilidad de lo seres humanos para poder controlar eso que dicen "impulsos" o "instintos" cuando intentan justificar una agresión.
Soy una radical porque cuando veo a algún hombre por la calle que me atrae, no me da derecho a acosarlo y mucho menos utilizar el estar en compañía de otras mujeres para hacerme la "hembrita" delante de ellas y de él, y viceversa.
Soy una radical porque defiendo que los hombres también deben liberarse y dejar de reprimirse: ellos también tienen derecho a llorar, a mostrar sus sentimientos y sus debilidades, y a no tener que estar aparentando todo el tiempo que lo saben todo, que lo controlan todo y que pueden con todo sin tener que ser juzgados como menos "hombres".
Soy una radical porque defiendo que los hombres no tienen por qué "demostrar" que son máquinas sexuales y que están dispuestos siempre, eso también debe ser agotador.
Soy una radical porque defiendo no sólo la emancipación de las mujeres, sino también de los hombres: también tienen derecho a no tener que depender de una mujer para sobrevivir en una casa : ellos también tienen capacidad para lavar, planchar, cocinar, tender y cuidar de los hijos en caso de que los hubiera; no son inferiores ni inútiles en este aspecto y tienen tanta capacidad como nosotras, negarlo sería una infravaloración hacia su persona.
Soy una radical porque estoy en contra de que en una separación o divorcio con hijos de por medio se aproveche la discriminación positiva (e injustificada cuando sea el caso) para que ellos no puedan disfrutar de sus hijos.
Soy una radical porque no entiendo, ni comparto, ni asumo ni acepto que para que una mujer pueda lograr el mismo estatus socioeconómico que un hombre tenga que trabajar el doble que él y ganar en muchos casos la mitad, y que encima se sugiera que para ello ha tenido que "hacerle un favor" al jefe.
Soy una radical porque creo que las mujeres no somos "princesas" que tengamos que esperar a que vengan a "rescatarnos" unos "príncipes".
Soy una radical porque cuando me enfado por algo tengan que venir con el tópico de "¿estás con la regla?". No señores, ellos también se enfadan y encolerizan y no achacamos su comportamiento a las hormonas. Si has hecho algo que me molesta, es independiente de que tenga o no la regla y no tengo por qué callarme.
Soy una radical porque creo que un hombre no es menos hombre porque se declare feminista.
Soy una radical porque creo que ya va siendo hora de que sepáis lo que significa ese término y que sino lo sabéis, miréis ese término en el diccionario. No hablemos sin saber.
Soy una radical porque pienso que ni todas las feministas son mujeres, ni todas las mujeres son feministas.
Soy una radical cuando me pongo rebelde y suelto "barbaridades" por la boca y me dicen que ante todo tengo que ser una "señorita": pues NO! Antes que una señorita, antes que una mujer, soy PERSONA, y que tenga un coño entre las piernas no significa que no puede alzar la voz o despotricar ante lo que considero injusto. "Eso no está bonito", dicen algunos/as; menos bonito es que penséis que lo bonito prima sobre lo JUSTO.
Soy una radical porque algunos/as dirán y pensarán que no me queje tanto, que en otros lugares las mujeres están peor, que en algunos países las mujeres son lapidadas. La lapidación no es sólo arrojar piedras sobre la mujer libre. Aquí se lapida a las mujeres con palabras, rumores, discriminaciones,etc. Es otra forma de coaccionar la libertad y asustar a las que no se atreven todavía a alzar su voz.
Soy una radical porque pienso que lo mismo que no es necesario ser homosexual para estar a favor de su integración y libertad, ni ser negro para estar en contra del racismo, tampoco es necesario ser mujer para estar a favor de la igualdad de géneros y de sexos.
Soy una radical porque antes que hombres y mujeres, antes que pollas y coños, somos PERSONAS.
Y soy una radical, porque si no os gusta ésto, me va a dar igual y voy a seguir haciendo lo que me da la gana como siempre he hecho, porque amo la libertad y estoy en contra del libertinaje.
 Y soy más radical aún porque si me enfrentáis por esto, os voy a mandar a la mierda o a tomar por culo. Eso si os lo dejo ya a vuestro gusto.

L.G.S

viernes, 18 de enero de 2013

♀ Agradezco ser Mujer ♀

"Pero lo que más agradezco, lo que más me agrada,
lo que más me gusta y lo que más me hace feliz,
es que me digan loca, porque entonces ninguna libertad me será negada.
Una y mil veces me quemó la Inquisición
y aprendí a nacer de las cenizas.
Me encerraron en un harén y encerrada no dejé de reír.
Me pusieron un cinturón de castidad
y adquirí las artes de un cerrajero.
Cargué fardos de leña y me hice fuerte.
Me pusieron velos en la cara y aprendí a mirar sin ser vista.
Me despertaron los niños a medianoche
y aprendí a mantenerme en vigilia.
No me enviaron a la Universidad
y aprendí a pensar por mi cuenta.
Transporté cántaros de agua 
y supe mantener el equilibrio.
Me extirparon el clítoris
y aprendí a gozar con todo el cuerpo.
Pasé días bordando y tejiendo
y mis manos aprendieron a ser más exactas
que las de un cirujano.
Segué trigo y coseché maíz,
pero me quitaron la comida
y con hambre aprendí a vivir.
Me sacrificaron a los dioses 
y a los hombres
y volví a vivir.
Me golpearon y perdí los dientes
y volví a vivir.
Me quitaron a mis hijos
y en el llanto volví a la vida.
Con tanta fortaleza acumulada, 
con tantas habilidades y destrezas aprendidas,
Mujer, si lo intentas, tú puedes dar la vuelta al mundo".

Texto de alguien Anónimo publicado por la red, gracias.

lunes, 14 de enero de 2013

La Mujer Gaiática.

"La mujer gaiática vive en el interior de cada mujer. Es la mujer primal, la hembra instintiva primordial de la que nos avergonzamos porque nos han enseñado reprimirla y a rechazarla. Yace dormida y ha sido olvidada, pero no ha muerto y renace con fuerza cuando regresamos a ella para ofrecerle aceptación, nutrición y espacio en nuestra vida.
La mujer gaiática toma la Tierra como maestra y reconoce y honra en su cuerpo los ciclos y la naturaleza sinérgica de Gaia, nuestro planeta azul.

No está domesticada y es una en sí misma, libre e independiente como la Madre Tierra que solo obedece a los mandatos de la vida natural. Tiene claras sus lealtades y conoce y defiende su territorio. Se respeta a sí misma y es fiel a su gente e implacable en la defensa de sus hijas e hijos.
La mujer gaiática ha hecho las paces con su madre y con su padre y camina bajo la guía de sus ancestros. Conoce las tradiciones matrísticas ancestrales y trabaja para que estas enseñanzas no desaparezcan y puedan sanar los estragos de la devastación patriarcal.

No intenta caer bien a todo el mundo sino sólo ser impecable con los mandatos de su corazón. Ama su cuerpo y no se flagela, porque honra su carne a la Madre Tierra. Ha pacificado sus relaciones con los hombres y puede compartir con ellos su camino con alegría. Disfruta libremente de su sensualidad en todas las épocas de su vida y vive con curiosidad el paso del tiempo como una gozosa oportunidad de nuevos aprendizajes.

La mujer gaiática es mujer de manada. Sabe que estos son tiempo de cultivo de la sororidad circular para lograr que la fuerza de la sanación individual se haga fermento que active otras levaduras. Tiene un profundo compromiso con la Madre Tierra y la honra para sanarla y sanarse a sí misma.

La mujer gaiática es una guerrera pacífica de Gran Madre y nada puede detenerla en la defensa de los seres sintientes y de nuestro hogar, la Tierra. Está comprometida con la sanación del femenino planetario y promueve la cultura de Paz, el trabajo circular, la toma de decisiones por consenso, la consciencia ecosófica. Ha ido más allá de sus heridas personales, y escuchando la llamada de la Madre Tierra, se ha puesto en pie de paz por las próximas 7 generaciones".


Texto de: Arboleda de Gaia



viernes, 11 de enero de 2013

✡ Llamaré Bruja ✡

Llamaré Bruja a todas aquellas intuiciones, visiones y pensamientos que son nuestro instinto, nuestro olfato y el famoso sexto sentido que en nombre de la civilización ha quedado reprimido y degradado, pero que no ha muerto ni aun quemándolo en la hoguera.

Llamaré Bruja a ese territorio recuperado de mitos, tecnologías femeninas, internas o externas; a ese espacio de unicidad de todos los mundos, de inclusión en un todo ecológico. Al continuo de de la creación y su interconexión.

La cultura ha querido manipular y forjar a su antojo a las mujeres de estos últimos seis mil años.
Lo ha hecho influyendo en todos los planos de sus cuerpos, sobredimensionando los valores de bondad, sumisión, recato, abnegación y entrega, argumentando que esas sí son cualidades femeninas, como una intoxicación de sus cuerpos físicos con químicos industriales.

Estos valores coinciden con las energías de la ovulación. La cultura ha desacreditado, perseguido, desterrado, castigado a los valores menstruales de fuerza, insumisión, astucia, poder, agresividad. El poder de la bruja es el poder del conocimiento de lo cíclico, de la renovación, de la sabiduría para empezar de nuevo de un modo mejor: la sabiduría de dejar morir lo que tiene que morir para que nazca lo que debe nacer. El poder de la Bruja es el conocimiento de los ciclos naturales del ser, esa es su sabiduría.

Si te sientes diferente desde siempre y no encajas completamente en ningún lado...
Si tienes ilusiones espirituales que no te ha enseñado nadie, si te sientes "llamada" por el Antiguo Arte, en lugar de llamarlo, y te es irresistible...Si el llamado tiñe toda tu vida de una intensa emoción, si el llamado te produce, al mismo tiempo, éxtasis y sensación de falta de mérito...Si te da miedo que piensen que estás loca, o más aún, te da igual que lo piensen, porque tu entorno te desconoce y desacredita... Si el llamado sigue haciéndose oír por múltiples caminos y al desatenderlos te enfermas... Si conoces la enfermedad física o psicológica que los métodos tradicionales no pudieron curar, te has curado metiéndote lo suficiente hondo dentro de ti misma...
Si en sueños tus guías te entrenan e informan...
Si has recibido un nombre "verdadero" en sueños o visiones....Si puedes alterar tu estado de conciencia y el de los demás...Si reconoces tanto a tus guías internos como externos...
Si has experimentado la capacidad de sanar...
Si produces buena suerte...Si puedes reconocer las sincronías...Si puedes leer los símbolos...

Entonces has recibido la verdadera Iniciación.

No lo dudes, ¡ya eres una Bruja!

☽☽✪☾☾ 

lunes, 7 de enero de 2013

Cosmos, Muerte y Orgasmo.

(...) "Cuando salgo, un diluvio empieza a caer sobre la ciudad. No he traído paraguas porque el tiempo ha sido bueno todo el día, y justo al salir es cuando me tengo que transformar en un pequeño  Noé sin barco. Todo el mundo en la calle se pone a correr como locos, saltando los charcos de agua y barro que se han acumulado en la acera. Yo decido andar, no sirve de nada correr, sin paraguas y visto el grosor de las gotas, me voy a mojar igual. Además me gusta la sensación de pelo mojado cuando hace calor, y ese olor a tierra mojada. Esta lluvia me recuerda a mis fines de semana en el campo con mis abuelos, cuando era pequeña. Estoy completamente mojada al abrir la cerradura de mi puerta. Un baño caliente, con sales, se impone. En el pasillo me quito toda la ropa -hasta el sostén está goteando-, luego me voy desnuda al salón para poner un CD de Lorena McKennit, "The visit", me sirvo una copa de vino tinto y pongo varias velas perfumadas en el baño. Mientras suena un poema de Shakespeare, cantado con acompañamiento de arpa, me voy sumergiendo en un baño de una hora, el cual me dejará las extremidades completamente arrugadas. ¡Qué maravilla! Me gustaría morirme así. Confieso que he imaginado varias veces cómo sería. Creo que se parece a un largo sueño hacia un viaje interno de nuestra alma. El dolor es sin duda lo que debe asustar a la gente. Pero la muerte no puede ser dolor, si el dolor es físico y la muerte, el estado definitivo en el que perdemos nuestra envoltura. Tengo mi propia teoría de lo que debe pasar cuando una muere. Somos pura energía, y al morir, todos nuestros átomos se irán mezclando con el resto del Universo. Nuestra energía propia acabará mezclándose con la energía del Universo. Ni Paraíso, ni Infierno. Somos una unidad del Cosmos, o sencillamente el Cosmos entero. Así me siento yo cuando hago el amor. Siento una mezcla de energía con la otra persona, que me hace viajar y fundirme con el Cosmos. La energía de mi orgasmo es una pequeña parte de mí misma que se va y acaba mezclándose con el Universo, y cuando acabo rendida, vuelvo a mi estado humano. Es un viaje sideral de mis células que se quedan dispersas para siempre, prisioneras de un tumulto energético, el cual no sé gestionar y que me llama permanentemente. Por eso queremos repetir esta experiencia. Para comprenderla mejor. Sin embargo, yo nunca consigo comprender nada. Es una pequeña muerte que intento domesticar cada vez. Además, es la expresión que nosotros, los franceses, utilizamos para denominar poéticamente al orgasmo: ' la petit mort'. Cada acto amoroso es una manera de acercarme a este estado de éxtasis. Pero no lo puedo nunca atrapar y estoy condenada a repetirlo una y otra vez para discernirlo mejor. En otros términos, es una montaña, con un gran abismo, al cual no caigo nunca, un pie en la tierra, otro en el vacío. Y mi cuerpo se balancea entre la humanidad y lo divino como un autómata. (...)"

Valérie Tasso- "Diario de una ninfómana"


sábado, 5 de enero de 2013

✡ Oración a la Virgen de los Deseos ✡

"Virgen de los deseos,
virgen de lo prohibido,
virgen de la locura,
virgen que cura toda amargura.

Estamos bajo tu manto,
hermanadas y revueltas,
indias, putas y lesbianas,
blancas, negras y mulatas.
Todas nosotras, cualquiera de nosotras,
todas despojadas de apellidos, sin adjetivos.
Cualquiera cabe en este regazo, cualquier mujer rebelde, perseguida, buscada,
criticada o señalada.
Somos todas bastardas,
somos todas hermanas.
Todas sin padre,
todas hijas de una misma madre.
Virgen milagrosa, fraganciosa y pecaminosa,
tienes para tus pecados un altar distinto
en cada uno de nuestros cuerpos,
un perfume distinto fabricado
con cada uno de nuestros sudores,
un aura distinta con cada uno de nuestros alientos,
un canto distinto, con cada uno de nuestros gemidos.

Virgen protectora de deseos y de luchas,
de la esperanza y de sueños.
Líbranos de racistas, homofóbicos, corruptos,
machistas, colonialistas y explotadores.
Líbranos de obispos y curas hipócritas
que desde sus púlpitos usan la muerte de Jesucristo
para culpabilizar una vez más a las mujeres.
Avísanos cuando vengan. Ocúltanos cuando nos busquen.
Confúndelos cuando nos encuentren.
Sujeta sus manos cuando nos golpeen.
Detén sus movimientos cuando nos violen.

Virgen de los Deseos,
los predicadores te odian;
los curas y los obispos te niegan,
mientras nos condenan a la violencia y a la sumisión.

Virgen de los Deseos
eres sembradora de rebeldía.
Con tu mano santa despiertas
la palabra en las mujeres mudas,
la alegría en las mujeres tristes,
y la rebelión en las mujeres sometidas.
Por eso eres una virgen peligrosa y osada,
por eso eres una virgen expulsada de la mariología,
compuesta de dolorosas, abnegadas y tristes vírgenes.
Virgen que te has cambiado los hábitos
negros, largos y pesados,
por coloridos vestidos,
por prácticos pantalones,
por lindas minis.
Virgen autoliberada de la cruz
de cargar siempre con los muertos,
de cargar siempre con los vivos,
de cargar y cargar y cargar
todas y cualquier cruz.

Virgen de los Deseos,
esclarecedora de todas nuestras dudas.
Delatora de los dioses que quieren imponernos,
de los mandatos con que quieren atarnos,
de los miedos con que quieren sujetarnos.
Virgen que nos enseñas a no tener miedo,
a no callar, a no renunciar.
Virgen que nos enseñas a actuar
y rebelarnos cada día más y más y más.

Virgen que te encarnas
en las que nos enseñan a leer y a escribir.
Virgen que te encarnas
en las que nos enseñan a amar y conocer
nuestro cuerpo.
Virgen que te encarnas
en las cocineras del banquete de la vida,
en las que siembran y cosechan frutas y verduras,
en las que amasan pan y hacen queso.
Virgen que te encarnas en las parteras,
virgen que te encarnas en las aborteras,
virgen que te encarnas
en las que nos enseñan a creer en nosotras mismas
y amar lo que somos.

Virgen de los Deseos,
tú sabes que el cielo está vacío,
que la Iglesia es puro poder,
pura hipocresía y pura dominación.
Tú sabes que su discurso es mentiroso,
y que su caridad es falsa.
Virgen de los Deseos huida de los altares,
huida de las prédicas,
huida de los catecismos,
huida de las confesiones.
Virgen de los Deseos huida para desear
y enseñar el poder de desear.

Virgen de los deseos que eres puro deseo,
pura libertad y pura esperanza;
haz que nunca muera en mí ni en nosotras
el deseo de ser feliz;
haz que no me olvide,
ni ninguna de mis hermanas,
ni viejas,
ni jóvenes,
ni pequeñas,
del deseo de buscar libertad, felicidad y dignidad.

Aquí, abajo, ahora y en la Tierra por siempre. Amén".

Poesía de María Galindo (Mujeres creando, Bolivia)

viernes, 4 de enero de 2013

Me doy permiso

Me doy permiso para alejarme de personas que me traten con brusquedad, presiones o violencia, de las que me ignoran, me niegan un beso, un abrazo...

No acepto la brusquedad ni mucho menos la violencia aunque vengan  de mis padres o de mi marido, o mujer.
Ni de mis hijos, ni de mi jefe, ni de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.

Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás. Merezco también consideración y respeto.

Me doy permiso para no ser "el alma de la fiesta", el que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.

No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser, es ya valioso.
Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Mi presencia es ya suficiente: no he de agotarme haciendo más.

Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en mi trabajo.
No voy a cargar con la responsabilidad que corresponde a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.

Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas.

Me doy permiso para dejar que desvanezcan los miedos que me infundieron mis padres y las personas que me educaron. El mundo no es solo hostilidad, engaño o agresión: hay también mucha belleza y alegría inexplorada.

Decido abandonar los miedos conocidos y me arriesgo a explorar las aventuras por conocer.
Voy a explorar sin angustia.

Me doy permiso para no agotarme intentando ser una persona excelente.
No soy perfecto, nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando que me amoldara a los esquemas ajenos, intentando obligarme a ser perfecto: una persona sin fisuras, rígidamente irreprochable, es decir, inhumano.

Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcto como quieren, y asumo mi derecho a ponerle límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable.

No he nacido para ser la víctima de nadie.
Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.

Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.

Me afirmo como una persona no adicta a la angustia.
Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio. No espero a que vengan esas consideraciones del exterior.

Y no espero encerrado ni recluido en casa,  ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.

Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia, la vida es una experiencia de abundancia.
Empiezo por reconocer mis valores, y el resto vendrá solo. No espero de fuera.

Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida: no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.
Decido no intentar absorber el exceso de información. Me permito no querer saberlo todo. Me permito no aparentar que estoy al día en todo o en casi todo.

Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente puedan asimilar con un ritmo tranquilo.
Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy. Con lo que soy ya es más que suficiente. Y aún sobra.

Me doy permiso para ser inmune a los elogios y alabanzas desmesurados: las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras. Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio.

Prefiero las relaciones menos densas.

Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. No entro en su juego.

Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico.

No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.

Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirmo tranquila y firmemente diciendo que no. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir "no".

Elijo lo que me da salud y vitalidad.

Me hago más fuerte y más sereno cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que yo quiero o no quiero, y no como forma de despreciar las elecciones de otros.

No me justificaré: si estoy alegre, lo estoy; si estoy menos alegre, lo estoy, si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.

Me permito estar tal como me siente bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean: lo "normal" y lo "anormal" en mis estados emocionales los establezco yo.

Joaquín Argente.

✪ Mujer de Sol ✪


Soy la bruja que baja por las cuevas
en medio del silencio de la herida,
cuando el eclipse frío me conmueve
y me lleva por túneles de sangre.

Renazco como virgen de la luz
y beso el océano de ámbar,
la fuerza primigenia
que me desliza a mundos de visiones.

Soy la madre que cuida la galaxia,
y en mundos paralelos reconstruyo
el instinto sagrado, prehistórico,
que adora en sus rituales a las Venus
dedicadas al reino de lo fértil.

Soy la hechicera abierta a la liturgia
de los búhos que viven en las ramas
y experimentan siempre en su plumaje
el secreto del cáliz de la Luna.

Soy la mujer de So, Urano y sombra
que persigue en su piel al Universo,
para soñar despierta con el cambio.

Poema de Ana Muela Sopeña.