"Quisiste atrapar el ave
y sólo lo has enjaulado.
Quisiste ser su señor,
pero sólo lo has matado.
Hermano...¡te has equivocado!
La fuerza no está en las manos.
Para ser dueño del ave
no hay que tenerlo en la mano,
sino dejarlo volar
y gozar con su color,
su libertad, su canto.
Que no sirve la alegría
si es a costilla del llanto"
Facundo Cabral
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