viernes, 15 de marzo de 2013

Al principio.

"Al principio solo existía la música de los elementos naturales, el crujir de la tierra, el viento, el mar, el trueno, el sonido de algunos animales. Después vinieron las articulaciones vocales de los ancestros, después, el crepitar del fuego. Un día, en la penumbra de los tiempos, unos golpes con un palo en un tronco hueco, dieron lugar al primer ritmo de la historia de la humanidad, al poco unos agujeros en una caña hicieron nacer el primer instrumento melódico, una flauta. Nace la música, nace la danza, los ritos y las leyendas. El rito musical se extendió por el planeta como una parte más de la cultura de los hombres y las mujeres libres...pasó el tiempo...

Llegó el lenguaje, las escrituras, el arte, pero también las religiones, y las fronteras, se perdieron los orígenes comunes, se perdió el recuerdo, llegaron las guerras controladas por el capital, la esclavitud, la ignorancia y la codicia de los hombres, nunca nadie jamás volvió a recordar esas canciones que hacían de todos un ente colectivo, global y ritual... llegó el olvido.

Se perdieron las melodías y ritmos de los primeros ritos, la humanidad empezó a identificarse con banderas, clases, colores y símbolos que delimitaban siempre de forma excluyente.

Pero la música sigue siendo una, no hay etiquetas, ni géneros de esos que facilitan la comprensión y venta a una masa comercial. No existe ni la pureza ni la fusión, existe la tradición y música hecha desde el corazón, sin fronteras, colores o símbolos que le pongan barreras, y si no, hagan la prueba; acudan a un encuentro entre músicos de cualquier procedencia del globo instrumento en mano, guarden silencio, antes o después aparecerá la llama del ritual, de la conspiración cósmica. Sonará la música, danzarán las gentes y comenzará el rito."

Ángel L. Vicente Rodríguez. Mojácar.





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