domingo, 10 de junio de 2012

Cuando el sexo se vuelve sagrado.


El día que aprendamos a hablar sobre sexualidad de manera abierta, libre, entendida y “sentida”, nos liberaremos del acto erótico realizado de manera obsesiva, sin sentido, adictiva y frívola. Cuando descubramos que un orgasmo puede ser el punto de partida de la meditación y aprendamos a adentrarnos en ella sin tener que recurrir al clímax sexual, entonces no nos importará tanto el acto erótico, pero cuando lo llevemos a cabo será un acto de amor, de conciencia, de trascendencia y plenitud, lo realicemos como lo realicemos (cada quien sus gustos a la hora de las posturas y los acomodos).



“De modo que el primer principio que quiero enseñarles es que si desean conocer ese fenómeno llamado amor, el primer paso consiste en aceptar lo que de sagrado, divino y santo tiene el sexo, de todo corazón, plena y sinceramente. Y les sorprenderá ver que cuanto más plena y sinceramente acepten el sexo, más libres se sentirán de él. Cuanto menos se acepta el sexo, más atado se está a él. Cuanto más lo acepten, más libres serán. A la aceptación completa de la vida, a todo lo que es natural en la vida, yo lo llamo religiosidad. Y esa religiosidad libera a la persona.”


OSHO

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