Actualmente sigue siendo una tendencia minoritaria, para personas de naturaleza solitaria (no confundir con personas que están solos o solas) que disfrutan de compañías selectas con ideas innovadoras, revolucionarias y una cierta tendencia al misticismo propio del romanticismo del XIX.
Pero dista mucho de su esencia original, pues lo que le falta hoy día a toda la sociedad, incluyendo a los bohemios, es su ingenuidad e inocencia hacia los mismos recursos propios de lo bohemio y romántico; este último concepto, malinterpretado en su significado y confundido con una actitud "cursi" o "empalagosa" hacia las relaciones amorosas.
Lo romántico propiamente dicho incluye una cierta idealización hacia el amor, sí, pero no es excluyente solo de eso; lo romántico es catarsis, es tragedia, es dionisíaco (como diría el propio Nietzsche, que a mi parecer, tiene ciertos toques románticos), es exaltación,es revolución, es naturaleza salvaje, es irracional, es el arte por el arte, es poesía, es música, es sensualista (relacionado a los sentidos), es revelación y rebelión, es inconformismo, es pesimismo pero también idealismo, es utópico.
La ingenuidad del bohemio de antaño era su visión de un mundo por descubrir, rechazando los valores convencionales y tradicionales, una inocencia hacia los recursos propios del bohemio, como dije anteriormente, los cuales tomaba por pura inspiración, hoy día el bohemio sabe y es consciente de esos recursos, y como tales los toma, más por parecer bohemio que por serlo.
Lo bohemio de antaño buscaba a sus musas escondidas entre humos de opio, entre la locura propia del incomprendido debido a su sensibilidad excepcional, lo bohemio de hoy busca la diversión entre humos de hachís y marihuana, y busca ser incomprendido más por parecer bohemio que ser bohemio por ser un incomprendido.
Lo bohemio de hoy, está irremediablemente condenado a la mezcolanza, pues se fusiona entre lo moderno de una tecnología que avanza a años luz y su retroceso espiritual hacia lo romántico del XIX.
¡Qué irónico! Un texto hablando de lo bohemio escrito en un portal de Internet; una bohemia que es consciente de su tendencia bohemia.
Eso es lo que diferencia al bohemio de hoy con el de antaño, su conciencia de ser bohemio. El bohemio de antes buscaba su esencia sin saber que ésta era una esencia bohemia; ¿qué esencia busca el bohemio de hoy consciente de su tendencia (que no esencia) bohemia?
Pues como diría el propio bohemio Murger: "la bohemia no es posible sino en París".
Y lejos quedó ese Molino Rojo de musas mestizas que resultaba un gran jardín exótico de inspiración para los poetas malditos como Baudelaire, pues hoy es un pequeño local para turistas curiosos; hoy sus clientes no son borrachos enamorados ni pintores ni escritores que obraban a la luz de una vela en una pequeña habitación bajo los efectos espirituosos de la absenta o el opio; ésa es la gran diferencia, la apariencia y la cartera del cliente de ese París que resultaba milenario a los ojos inocentes del recién nacido bohemio.
Mientras tanto, sigo buscando la esencia bohemia mientras fumo una cachimba de sabores exóticos y leo inspirada a los poetas malditos como Baudelaire, contemplo las obras de Gustave Flaubert en una pantalla de litio junto con las alucinaciones de Van Gogh, reflexiono sobre los aforismos de Nietzsche y el existencialismo de Schopenhauer, caigo en la tentación de Óscar Wilde, sueño con paisajes de Monet, me deleito con la sensualidad "Moulinesca" de Toulouse Lautrec y sus burdeles, y tengo pesadillas con las Leyendas de Bécquer.
Hoy medito entre los mantras de Budha y Siddharta Gautama, entre filosofías secretas femeninas del Tao como el de las Tigresas Blancas y los principios cósmicos de la Wicca.
Hoy rememoro personajes míticos como la bruja Lyllith, Pandora y su curiosidad, la guerrera amazona Lisipe, el canto de las sirenas como Lydia y su flauta, Cleopatra y su inteligencia, Hypatia y su Universo y Marylin y su sensualidad.
Todo esto se fluye y se funde entre velos y gasas de seda, los Jardines Flotantes de Babylonia y odaliscas retozando entre aceites orientales, aromas de sándalo y melodías que incitan a ondular las caderas.
Lo bohemio fluye entre la tragedia griega y el ferrocarril de vapor de la Revolución Industrial.
Lo bohemio es húmedo, es transgresión, es TRASCENDER.
L.G.S
como se llama el cuadro de la imagen?
ResponderEliminar"El bebedor de absenta" de Viktor Oliva.
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